El vehículo del embajador de Alemania en Israel, Steffen Seibert, ha sido atacado este martes por un grupo de manifestantes tras una visita a la Universidad de Birzeit, situada en los alrededores de Ramala, en una protesta por el respaldo de Berlín a Israel en el marco de la ofensiva contra la Franja de Gaza.

Diversos vídeos que circulan en redes sociales muestran a Seibert, que fue portavoz del Gobierno alemán, abandonando las instalaciones perseguido por un grupo de manifestantes que protestaban también por las operaciones israelíes en la Cisjordania ocupada, incluido Jerusalén Este, y la expansión de los asentamientos.

Al llegar a su vehículo, el embajador alemán se monta en el coche, que es rodeado por manifestantes, uno de los cuales arranca de un tirón uno de los retrovisores antes de que el conductor consiga arrancar y abandonar el lugar, sin que Berlín se haya pronunciado sobre lo sucedido.

Las críticas por parte de las autoridades palestinas a Alemania han sido constantes por lo que percibe como un apoyo sin cortapisas a Israel, incluida la decisión de suspender temporalmente la financiación a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA) después de que el Gobierno israelí afirmara que más de una decena de trabajadores de la agencia habrían estado implicados en los ataques ejecutados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).

El Gobierno alemán anunció la semana pasada que retomará "pronto" su cooperación con la UNRWA, después del informe realizado por el equipo de investigación externa sobre las operaciones de la agencia, que determinó que el Gobierno israelí no ha presentado pruebas que respalden sus acusaciones sobre lazos del organismo con actividades terroristas.

Alemania ha sido además objeto de una demanda presentada por Nicaragua ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para que exija al país que "cese su apoyo a Israel en su campaña de destrucción del pueblo palestino", en el marco de un caso contra Berlín por su ayuda militar al país y por no prevenir un "genocidio", acusaciones rechazadas por las autoridades alemanas.

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