El Gobierno de Estados Unidos ha coordinado la mayor repatriación hasta la fecha desde los campamentos del noreste de Siria, con el traslado de once ciudadanos norteamericanos y de más de una decena de personas de Canadá, Países Bajos y Finlandia.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha celebrado en un comunicado la conclusión de un proceso que ha admitido "complejo", en el que han colaborado distintos ministerios y agencias. Además de los once ciudadanos estadounidenses, entre los que hay cinco menores, Washington también se ha hecho cargo del hermano de uno de ellos, sin nacionalidad norteamericana.

Como parte de esta operación, "Estados Unidos también ha facilitado la repatriación de seis ciudadanos canadienses, cuatro neerlandeses y un finlandés, entre ellos ocho niños". Blinken ha aplaudido la iniciativa de estos tres países, agradeciendo igualmente el papel desempeñado por Kuwait y por las Fuerzas Democráticas Sirias, un grupo aliado de Washington que controla zonas del norte de Siria.

La Administración de Joe Biden estima que aún quedan 30.000 personas en los campos de Al Hol y Al Roj, en su mayoría menores de edad, por lo que lleva tiempo reclamando a otros países que faciliten las repatriaciones, también por una cuestión de seguridad.

"La única solución duradera a la crisis humanitaria y de seguridad en los campos de desplazados y los centros de detención del noreste de Siria es que los países repatríen, reintegren y, en caso de que sea necesario, juzguen", ha subrayado el jefe de la diplomacia estadounidense en su nota.

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