La Unión Africana (UA) ha condenado "firmemente" el ataque ejecutado durante el fin de semana contra dos campamentos de desplazados en el este de República Democrática del Congo (RDC) y ha expresado su pesar por "el continuo repunte de la violencia" en esta zona del país africano, en medio de los combates entre el Ejército congoleño y el rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23)

El presidente de la Comisión de la UA, Moussa Faki Mahamat, ha criticado el "bombardeo asesino" contra los campamentos de Lac-Vert y Mugunga, en los alrededores de la ciudad de Goma, y ha expresado sus "profundas condolencias" a los familiares de las más de diez víctimas mortales, según un comunicado publicado por el organismo a través de su página web.

Así, ha subrayado que "esta violencia contradice la letra y el espíritu" de la reunión ministerial de marzo de 2024, en la que se pidió "un alto el fuego inmediato" y ha reiterado su apoyo a "una solución política exhaustiva a los desafíos a la paz y la seguridad en la región", para lo que ha destacado la importancia de los procesos paralelos en Luanda y Nairobi para un acuerdo entre el Gobierno y el M23.

A las condenas se ha sumado la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC), que ha lamentado los "horribles ataques por parte de rebeldes del M23" y ha denunciado que "afectaron a civiles inocentes, muchos de los cuales eran mujeres y niños".

"El ataque deliberado contra civiles inocentes es una violación flagrante del Derecho Internacional Humanitario", ha lamentado, antes de incidir en que los ataques del grupo "han desencadenado un desplazamiento masivo de población, bloqueado las rutas de suministro a Goma y empeorado la situación humanitaria".

En este sentido, la SADC ha subrayado que "las principales carreteras a Goma, cruciales para el movimiento de civiles, bienes y ayuda humanitaria, han quedado intransitables a causa de las atrocidades por parte de grupos armados, lo que limita aún más el acceso a servicios y suministros esenciales".

Las autoridades de RDC y Estados Unidos acusaron al M23 del ataque y Washington implicó incluso a Ruanda --que apoya al grupo rebelde-- en lo sucedido, lo que desencadenó una airada respuesta desde Kigali, que se desentendió de lo sucedido.

El M23 es un grupo rebelde formado principalmente por tutsis congoleños y que opera principalmente en la provincia de Kivu Norte. Tras un conflicto entre 2012 y 2013, RDC y el grupo firmaron en diciembre un acuerdo de paz. En dichos combates, el Ejército congoleño contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas.

El grupo lanzó una nueva ofensiva en octubre de 2022, recrudecida a partir de noviembre, lo que provocó una crisis diplomática entre RDC y Ruanda por su papel en el conflicto y ha provocado preocupación en la región ante la posibilidad de que estalle un conflicto entre ambos países.

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